dimarts, 28 d’abril del 2015

Reflexions de la Marató París 2015


Després de reflexionar, però no de donar-hi moltes voltes (no soc dels que els hi agrada fer "leña del árbol caído") crec que ja tinc les conclusions del què va passar el 12 d'Abril de 2015 al Marató de París.

Em disposo a deixar per escrit de manera molt breu el que vaig fer bé, i el que crec que vaig fer malament.

Aspectes immillorables: 

Tot l'entrenament físic: Tant a nivell d'exigència als entrenos com amb el respecte als descansos. Exceptuant 2 entrenaments que em vaig saltar per culpa d'una sobrecàrrega a la planta del peu, la resta ha estat prou correcte. Sent conscient de com em trobava i com havia d'entrenar i descansar.

Aspectes a millorar:

Mentalment vaig treballar poc la Marató. Es evident que no anava amb l’il·lusió de Berlín 2012, però això  ja ho sabia. Volía que fós una marató diferent, però potser no tant. És important estar il·lusionat per vèncer per lluitar a tope, i a mi tots el problemes que ja em vaig trobar entre els kms. 10 i 20 ja em van fer perdre l’il·lusió.

Greus errors:

Els problemes d'estómac. Han estat un denominador comú al llarg de tota la preparació, no hi ha hagut setmana que no m'hagi trobat regular, o hagi tingut problemes. I no vaig posar-hi solució mèdica, simplement tirava d'arròs i fortasec, i això no ha funcionat.


Per tant, havent decidit ja que aquest estiu prepararé la Marató de Berlín 2015 vull solucionar els problemes estomacals. I a poder ser, millorar també els aspectes mentals i motivacionals. No de cara als entrenos, però si de cara a la cursa. Vull tornar a disfrutar d'aquella atmosfera màgica que es crea instants abans de la sortida d'un marató, i si pot ser, disfrutar també d'algun kilòmetre de la cursa...no com a Paris.


Així que, som-hi de nou...#CAMIABERLIN.

divendres, 24 d’abril del 2015

Carta Post Maratón de Paris (Abril 2015)

Si analizo la temporada con perspectiva, creo que solo he hecho que mejorar, con lo qué todo es positivo. El desenlace este fin de semana quizá tenia que ocurrirme, para aprender, para seguir creciendo, para decir "basta, primero tienes que mejorar muchas más cosas" (como puede ser el fondo en medio maratón, o la preparación mental de mis carreras, o mis problemas de estómago, que esta vez, fueron uno de los detonantes de que el domingo en París viviera un auténtico calvario).

El domingo del Maratón me levanté como en muchas de mis cursas de domingo, sensación de tener que ir al baño y no poder ir hasta que no me he pegado un paseo y he activado el cuerpo. Con lo que sabiendo que esto casi siempre es así, me levanté muy temprano y me fui a pasear. Al volver, desayuno, baño, pero no me quito esa sensación de rarez de estómago y salgo para el Arco del Triunfo muy nervioso y pensando que ya se me pasaría o encontraría un baño. Empiezo a calentar, y efectivamente, mucho baño, pero también mucha gente y decidido en que no quería salir tarde (teníamos con Marta los puntos de paso en función de las horas aproximadamente) me meto en el cajón con esa sensación "extraña", no era la habitual, pero bueno, pensé que se me iría pasando la verdad. Justo lo contrario, disparo de salida, y cada vez a peor. Llego al 5/6 jodido, pero interiormente me digo que tengo toda la mañana para que se me pase, en el paso del 9 veo a Marta y le digo que bien (parece que me he sacado el muerto de encima, pero en el 11/12 me da un pinchazo tremendo, como un retortijón, y allí empiezo a perder el ritmo (me meto a 5:40) hasta que en el 14 encuentro una fila de polykleans. Bingo. No me queda otra que confiar en que me sentaré, cagaré i saldré nuevo. Todo lo contrario, me siento, allí no saco nada, me pongo más nervioso aún, i a la que respiro aquél olor asqueroso a polyklean, me da una arcada, y a la segunda vomito todo el desayuno. Salgo de allí dentro disparado y sigo como un jabato.

Parece que voy mejor, y en el 16, aprovecho que acaban de darme agua y decido tomarme el gel que yo llevaba. Como había vomitado todo el desayuno, tenia que meter urgentemente algo en el cuerpo. Ya me encontraría a Marta en el km.19 para que me diera el segundo gel (que me iba a tomar en el 27 o asi). Me tomo el primer gel, y a los dos minutos, vomitera otra vez, el gel entero. Mierda! Allí ya empiezo a pensar que mi estomago me está ganando la partida, y veo que estoy empezando a perder tiempo, tanto en mis paradas de urgencia como en mi ritmo. No me lo creo, empiezo a no creer que pueda superar esta adversidad.

Intento centrarme y fijarme el "miniobjetivo" de llegar al 19 sin vomitar otra vez, manteniendo el ritmo a 5:40/5:45 y allí encontrarme a Marta y que me dé fuerzas con su sonrisa y ánimos con un par de gritos. Ah, y el GEL, que voy vacío. Misión cumplida, llego al 19 pero no veo a Marta por ningún lado. Y esto también me supera. Cojo la paranoia de que voy vacío de "gasolina" y tengo que llegar hasta el 28, donde había quedado con Marta otra vez en donde me daría el tercer gel (para tomármelo en el 34/35). Al no verla empiezo a creer que no será mi Maratón de 3:50h, de hecho paso la media en 2h y lo constato, y sobre el 23/24 me siento muy débil. Intento sacar ritmos en menos de 6, pero me cuesta mucho, y empiezo a rendirme. Incluso en el avituallamiento del 25 ya me dejo ir y decido tomarme media naranja para meter azúcares y beber el agua en parado, tranquilo. Me quedan 3km para ver a Marta, otro miniobjetivo en mente. Esta vez totalmente incumplido, empiezo a notar las consecuencias de ir vacío, me duele mucho un glúteo que me va pinchando, y voy como en un globo. Así que al tran-tran hasta el 28, no tengo fuerzas para más, y soy consciente de que estoy jodido. En el fondo pero, un poco de esperanza de llegar al 28 y a ver si me animo, porque me queda todo un mundo por delante.

En el 28 Marta tampoco está, y ya me quedo muy preocupado. No es normal, algo tiene que haber pasado. Del reloj ya me olvido, y me centro en poder ir avanzando como pueda. Me duele el glúteo, me duelen lo pies, tengo la cabezota en modo negativista total y no soy capaz de correr a 6:20 más de un kilómetro sin parar a caminar. Estoy hecho una coca, me planteo plegar en el 30, y se que en el 32 me puedo colar en el metro que me deja en el hotel, pero bueno, como aún queda un trecho, pues sigo. Llego al 32, y pienso, tira hasta el 35 (que era el último punto dónde había quedado con Marta), a ver si está allí y lo de su ausencia en el 19 y 28 han sido despistes míos. En estos kilómetros camino más de lo que corro. Me siento totalmente bloqueado por no poder correr, no puedo mover las piernas, y sufro una impotencia muy bestia. Llego al 35 y tampoco. Me entra una llorera de tres pares de narices, sólo deseaba que estuviera allí para hacer caminando juntos los últimos 7 kilómetros. Por cierto, paso el 35 en las deseadas 3h50min. Y pienso: "vaya tela".

Y el resto ya te lo puedes imaginar, 7km en 1h10min. Para cruzar la meta en 5h justas. De ganas de llegar al hotel y ver que no ha pasado nada más que mi calvario. Al llegar yo allí Marta no estaba, y la espero en la puerta 1h, sin móvil ni nada. En aquél momento no era muy consciente de qué había pasado. La verdad que pensaba que se había perdido, o que el metro se le había parado y había ido llegando tarde a todos los puntos en los que habíamos quedado, etc... Finalmente apareció, me contó que se había desmayado del calor y que por su cabezonería había ido a los dos últimos puntos a darme el gel. Cuando yo ya había pasado supongo. 

En fin, una bonita historia verdad?

Tengo mucho que aprender de todos los fallos que cometí en carrera, y nose, supongo que tengo que estar contento de no haberme rendido, pero bueno, que hoy por hoy no le encuentro más cosas buenas al Maratón, salvo que fue en París y he pasado un fin de semana extraordinario dejando de lado la carrera.

Así que, WELCOME TO MARATHON.